Proceso Productivo

Cinta transportadora llevando y colocando los huevos de la forma correcta a las siguientes fases de producción
Los huevos siendo transportados a la zona de empaque
Proceso productivo de los huevos a la hora de envasar

Tras la puesta de huevos, se lleva a cabo un proceso de selección y clasificación de los huevos para garantizar su calidad y trazabilidad. Inicialmente, se realiza un triaje de los huevos con el objetivo de separar aquellos que presenten formas irregulares o suciedad superficial. Posteriormente, los huevos se introducen en una cinta transportadora que cuenta con un mecanismo rotatorio. Gracias a este movimiento, los huevos se alinean de manera puntiaguda, lo cual facilita su posterior manipulación.

Una vez que los huevos se encuentran alineados en posición puntiaguda, pasan por una marcadora donde se les asigna un «DNI» individual. Este identificador está compuesto por una combinación de números y letras que proporcionan información sobre la calidad de vida de las gallinas y el lugar de procedencia. Por ejemplo, el código «1ES4614754 C» indica que las gallinas son de tipo camperas, proceden de España (ES), específicamente de la provincia de Valencia (46), del pueblo de Llíria (147) y pertenecen a una granja específica (indicada por los últimos dos números). La letra «C» representa la nave de la cual proviene la gallina.

Una vez que los huevos han sido marcados, continúan su recorrido por la línea de producción y llegan a una máquina calibradora. Esta máquina se encarga de pesar individualmente cada huevo y clasificarlo en función de su peso. Se establecen cuatro categorías: XL, para los huevos que pesan más de 73 gramos; L, para aquellos que tienen un peso entre 72 y 63 gramos; M, que abarca los huevos de 62 a 52 gramos; y finalmente, S, para los huevos que pesan menos de 52 gramos.

Una vez que los huevos han sido clasificados según su peso, son dirigidos hacia los lugares correspondientes en función de su categoría. Este proceso de clasificación permite empaquetar los huevos de manera más eficiente y adecuada para su comercialización y distribución.

En resumen, el proceso de selección y clasificación de los huevos involucra un triaje inicial para eliminar aquellos con formas irregulares o suciedad superficial. Luego, los huevos son alineados en posición puntiaguda mediante una cinta rotatoria. Se les asigna un «DNI» que proporciona información sobre la calidad de vida de las gallinas y su lugar de procedencia. Posteriormente, los huevos son pesados individualmente y clasificados en cuatro categorías según su peso. Este proceso garantiza la calidad, trazabilidad y adecuada distribución de los huevos en el mercado.

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